El Real Madrid se llevó de nuevo el derbi ante el Atlético de Madrid; partido al que entró dormido y en el que tuvo que recurrir de nuevo a la épica. Los blancos alcanzan las 11 victorias consecutivas, una de las mayores rachas ganadoras de su historia y un número que al estudiar detenidamente, nos aporta muchos aspectos que reflejan el actual momento madridista.
Ante el Atlético, el Madrid buscaba su onceava victoria seguida, un número que tiene significados positivos, neutros y negativos. Según un tal Pitágoras, el 11 refleja 'bloqueo'; situación que durante este año han sufrido los jugadores merengues en varias ocasiones y de las que casi siempre, salvó ante el Lyon, han salido airosos. Contra el Atleti saltaron al campo 20 minutos tarde, sin ideas y sin juego, algo que les costó el gol rojiblanco; Reyes colocaba con maestría el 0 a 1 tras recibir un pase al hueco de Agüero y el Atlético estaba cómodo en el Bernabéu, algo insospechado en los últimos años. A esta tranquilidad se unió otro aspecto negativo, la dependencia; con el electrónico en contra, la victoria dependía de una reacción rápida que en estos casos suele venir en algún destello de Cristiano o Higuaín. Esta vez no llegó y cuando el Madrid comenzaba a carburar llegábamos al final del primer acto.
Según el 'Pensamiento Pitagórico', el número 11 tiene una tremenda energía para salvar; eso mismo querían los blancos, salvar a su afición de otra decepción en momentos clave. Lo consiguieron nada más comenzar la segunda parte; en un saque de esquina botado por Granero (de lo poquito que hizo reseñable), Albiol cabeceaba y Xabi, al igual que ante el Sporting, remachaba a la red totalmente libre de marca. El Madrid ya tenía el partido donde más le gusta y sacó a relucir su mayor virtud que, al igual que el número 11, es la crueldad. Seis minutos después del empate, un terso pero firme toque de Alonso ponía el balón en las botas de Arbeloa, que definía como el mejor Ronaldo Nazario; y casi sin pestañear, un error en cadena de la defensa atlética era aprovechado por Higuaín para hacer el tercero y demostrar que este equipo puede destrozarte en apenas 13 minutos.
La deseada victoria nº 11 estaba al alcance de los madridistas, que iban lanzados a por una goleada histórica. Pero se frenaron, como tantas veces, única incompatibilidad del Madrid y los números 'once' (que logran bastantes cosas, pero nunca están satisfechos). El Atlético recortó distancias con un penalti (pitable) transformado por Forlán y, tal y como está la liga entre Madrid y Barça, el gol-average puede ser fundamental para decidir el título, por lo que las oportunidades perdidas de sumar goles puede pasar factura.
Finalmente no hubo sorpresa en Chamartín y el derbi se quedó en casa. El Madrid llega a los 11 triunfos seguidos, guarismo que, según el filósofo griego al que he querido dedicar esta fábula, trae consigo una serie de consignas: 1º: Deberán ser un ejemplo de vida espiritual (pensar un poquito más en el grupo, algo que deberá estudiar a fondo CR9). 2º: Deberán desarrollar talentos (desarrollarán a Canales y a alguno que otro del Castilla para cubrir el expediente). 3º: Deberán buscar nuevos principios (y no gastar por gastar). 4º, y quizás más importante: Deberán expandirse hasta el infinito (con ligeros retoques, siempre armados por Pellegrini, es muy posible que lo logren)
Se me olvidaba comentar algo que me ha llamado especialmente la atención, y es que a los números 11 "nunca les faltará el dinero". El problema es que no indica como invertirlo....
Emilio Caballero
2 comentarios:
Por todo lo leído, creo que lo has clavado al dedicar este post al número 11, porque el Madrid es todo eso, es lo mejor y lo peor.
Por cierto que se te ha olvidado mencionar la estupidez de Xabi -manita al cielo-, y su picardía -noooo, yo no voy a forzar la amarilla...-
L.Vallejo
Llevas razón en lo de Xabi; antes de que le sacasen la tarjeta, ya desplazó un par de veces el balón por si Undiano picaba...
El penalti? Una falta de concentración muy extraña en él. A ver qué inventa Pellegrini en Santander sin el donostierra.
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