El gran Vujadin Boskov decía que "fútbol es fútbol", y eso debería ser. El problema es que con el paso de los años, se ha ido alejando la pureza de este deporte y los equipos de 'hombres' han dejado paso a los 'megaproyectos' millonarios.
Institucionalmente, el fútbol también ha cambiado. Antiguamente, los presidentes eran una especie de gurús, que amaban el equipo que presidían y llevaban su nombre por todos los rincones. Últimamente y por desgracia, esa figura se ha convertido en muchas ocasiones en un político más. Presidentes como Jesús Gil, Joan Gaspart y Ramón Calderón dejaron su sello, más que a nivel deportivo, por sus andanzas ante los medios de comunicación. Al fin y al cabo, tenían sus polémicas, copaban portadas de periódicos y poco más. Hoy en día nos encontramos ante un tipo de presidente 'más evolucionado' como Joan Laporta, que a esas polémicas suma su alma de político.
Ya nadie se extraña al ver al máximo mandatario del F.C. Barcelona en actos independentistas catalanes, e incluso dándose alguna fiesta que otra. Es cierto que está en su derecho de disfrutar de la vida, pero su posición como presidente de uno de los clubes más importantes del mundo, debería reprimirle algo más.
En las últimas semanas, los aficionados barcelonistas repartidos por España, le han hecho saber que ellos también apoyan al equipo aunque no sean catalanes. Esto, en lugar de calmarle, le incita a ser más expresivo y arrogante, algo que está terminando de colmar un vaso que si no se ha derramado aún es por el exitoso año que lleva el Barça. No es normal ese afán por propagar más y más el catalanismo que el barcelonismo. Puede que al terminar su mandato se dedique a la política, aprovechando su tirón mediático, pero no se le debe olvidar que representa un club con sede social en ESPAÑA y que juega en la LIGA ESPAÑOLA. Si le apetece gritar "visca Cataluña libre", que deje el fútbol y se dedique sólo y exclusivamente a la diplomacia. Así, dejaría de crear muchas animadversiones hacia 'el club de sus amores'.
Romances aparte, es una pena que el balompié tenga que soportar estos comportamientos porque, aunque últimamente se haya convertido 'casi' en un negocio, aún quedamos muchos que disfrutamos con todo lo que representa como deporte. En definitiva, el fútbol, como la sociedad, va evolucionando y lo tendremos que aceptar, pero sólo cuando sea FÚTBOL.
(E.C.)
2 comentarios:
Gran trabajo de este blog deportivo, ó político. Alla lo decida quien y como lo decida.
Es un buen trabajo a una realidad de hoy y que cada día que pasa, cansa y molesta a más aficcionados.
Buen trabajo.
Un abrazo Emilio.
Jose Manuel
Burgos
Opino igual que tú, aunque habría que darle más caña a semejante impresentable...
Buen artículo !!
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