Me gustan las películas que no dejan indiferente a nadie. La odias, la amas, te dejan confuso, con rencor, con una sensación agridulce, dormido o acordándote en todo momento de esas hemorroides tamaño King Size.
Así es lo nuevo del papá de Titanic, un James Cameron que se ha tomado su tiempo -tres lustros-, para madurar una cinta imprescindible. Sí, como lo leéis. Ésta es una de esas películas que hay que ver en el cine, con tus gafas de Bartolo y cara de embobado. Porque por encima de todo, 'Avatar' es un espectáculo audiovisual impresionante, un orgasmo conseguido a base de la más avanzada animación por ordenador. Por supuesto, la tecnología 3D es obligatoria para disfrutar al máximo, y es que todo en 'Avatar' está pensado para que alargues la mano e intentes coger ese copo de ceniza o ese simpático bicho volador que parece querer anidar en tu coronilla. Expresiones de sorpresa, humor e incluso susto, son la principal banda sonora que acompaña a cada proyección -por que la BSO está bien concebida, pero no deja de recordar a Pocahontas.
Y hablando de guiones ya vistos, 'Avatar' pierde toda su magia en cuanto intentamos abstraernos del maravilloso mundo de Pandora. Si excavamos un poco más allá, veremos personajes más o menos complejos pululando sobre un argumento recalentado que deja escapar una magnífica oportunidad de sorprender. ¡Ojo! La historia es sólida, se mantiene e incluso tiene pequeñas trufas escondidas que se pueden degustar, pero nada más. Casi tres horas de película sustentadas por un guión de primero de carrera, terminan pasando factura al espectador, que ya casi al final no puede más que mirar el reloj y preguntarse si llegará a la cena.
Una pena, porque con un poco más de esfuerzo e imaginación, 'Avatar' bien podría haber dado para una magnífica trilogía de aventuras -que es sólo eso, una de aventuras-.
Aún con todo lo negativo, de verdad que merece la pena disfrutar del cine del futuro, porque yo estoy convencido de que 'Avatar', guste más o menos, abre la puerta de par en par a la industria de las 3D, y eso siempre es interesante.
PD: como nota que no me puedo callar, parece que Cameron, en 15 años de intensa actividad neuronal para rumiar la historia, ha tenido tiempo de leer la novela de Poul Anderson 'Call me Joe'. ¿Por qué lo digo?
Una de película: análisis de James Cameron's Avatar
jueves, 31 de diciembre de 2009
Etiquetas:
Cine,
Jaime Martín,
Opinión
Publicado por
Jaime Martín
en
10:37
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1 comentarios:
Que si, que Call Me Joe, que guión de primero y todo lo que quieras, pero (y mira que me jode decirlo) que hijos de perra son los yankees haciéndo peliculas. Por cierto, yo la via en 2D y hubiera aguantado hasta el desayuno sin pestañear...
Un saludo! LV
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