"Vivimos en una ciudad en la que los listos carecen de poder y los estúpidos los controlan todo".
El aforismo es del Doctor Julius Hibbert -sí, el de Los Simpsons-, y me viene a la cabeza por dos acontecimientos ocurridos en los últimos días:
- Empecemos por nuestra clase política. Hace pocas horas ha caído otra perla, esta vez desde las Cortes Valencianas, el lugar de moda para la estafa y el mamoneo. Aquí el insulto ya es deporte, y tengo entendido que te dan más cupones cuanto más zafio, denigrante y grosero sea el improperio. El PP está a punto de conseguir la escopeta de perdigones y la muñeca chochona -nueva referencia a Los Simpsons-. ¡Ojo! Que al PSOE le pasa igual... véase algún que otro Ayuntamiento del extrarradio.
- El nuevo espantapájaros televisivo. Un ex-presidiario cavernícola que en sus tiempos libres se pasea con la bandera del pollo y el saludo fascista en manifestaciones neo-nazis.
Y sí, en este país, la clase política y ciertos medios de comunicación, encabezan un vertiginoso descenso a las cloacas de lo chabacano, aplaudidos desde las gradas por el resto de nosotros. Como dice el refrán: "todos los tontos tienen suerte".
Pero claro, esto es, una opinión más.
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