Llegaba el Real Madrid a una de las citas importantes del año inmerso en un mar de dudas. Bien, pues esas dudas, a expensas de un improbable ridículo en la final de mañana ante el Barcelona, se han traducido en elogios, profesionalidad y sobre todo competitividad. (50-78)
Precisamente esa era la gran asignatura pendiente antes de que llegara el profesor Messina. El Real Madrid necesitaba sentirse en igualdad de condiciones con los más grandes del continente y en los pocos momentos realmente trascendentales de lo que llevamos de campaña, siempre estuvo ahí. Se plantó en la final de la supercopa perdiendo en la última jugada ante el mastodóntico Barcelona y ahora, en la segunda gran cita de la temporada, se vuelve a ver las caras con su rival directo por antonomasia. En las próximas semanas veremos si es capaz de demostrar lo mismo en la competición europea.
La segunda semifinal de la Copa, se planteaba en territorio hostil para los merengues, con más de 6000 enfervorizados seguidores del Baskonia en Bilbao. El partido como tal solo duró un cuarto. Tras la reanudación del segundo cuarto, el Real Madrid basó su juego en tres aspectos fundamentales, de esos de manual, que si consigues ponerlos en práctica los tres a la vez, será muy difícil que se escape la victoria; Por un lado durante la primera parte ,el Real Madrid basó su superioridad en un mayor acierto en el rebote, sobre todo ofensivo. Por su parte, en la segunda mitad, el festival fue a nivel defensivo y desde el punto de vista de los lanzamientos de tres puntos. La estadística es demoledora. El Caja laboral consiguió un 13 % en lanzamientos de tres, frente a un 48 % del Real Madrid.
Partiendo de esa base, en esta ocasión los actores principales a nivel individual fueron la pareja lituana. Lavrinovic (21 pts, 7 Reb) y Kaukenas (15 pts, 3 Reb, 2 Asist) El conjunto blanco brilló en equipo, con la recuperación de hombres que parecían fuera de forma (Hansen y Garbajosa) y no necesitó a otros que otrora fueron los más destacados. (Jaric ,Velickovic o Reyes)
Por su parte, el Caja Laboral acusó en demasía la baja de su mejor hombre, Tiago Splitter, máxime sabiendo que el conjunto blanco suele acusar los enfrentamientos con pivots dominadores. En esta ocasión, Fernando San Emeterio no pudo solventar los graves problemas de una plantilla que cuenta con más nombres que hombres efectivos. English es irregular, Hermann irrelevante y pasado de época, Oleson parece un extraterrestre recién llegado al planeta tierra y Teletovic no se acerca al aro, ni teniendo enfrente a un hombre de la estatura de Nate Robinsson…
Partido grande de los de verdad el que nos espera mañana, donde el mejor equipo del continente mide las opciones reales de alzarse con un titulo del Real Madrid. Veremos si los hombres de Messina son capaces de continuar con la inercia que llevan en esta Copa del Rey, donde hasta la fecha han sido los mejores, salvando sus dos partidos con una solvencia que parecía reservada al Barcelona.
M.B
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