Cuando el fútbol es justo...

Hace ya muchos años, Aristóteles definió la justicia como igualdad proporcional; "dar a cada uno lo que es suyo, o lo que le corresponde en proporción con su contribución a sus méritos personales". Pues si hay una selección que ha hecho los suficientes méritos como para pasar a octavos en el Mundial de Sudáfrica, esa ha sido Estados Unidos. Y lo consiguió más tarde de lo merecido; en un final de infarto en el que alcanzó la primera posición del grupo C, dejando fuera a una rácana Eslovenia, que salió a no perder contra Inglaterra y lo terminó pagando.

No fue fácil para los de Bradley, que a las incontables ocasiones de que dispusieron, sumaron un nuevo error arbitral tras anular el belga De Bleeckere un gol legal a Clint Dempsey. Los fantasmas del partido ante Eslovenia sobrevolaban el Luftus Versfeld Stadium, pero los norteamericanos no dejarían de intentarlo.

Fue Dempsey quien desaprovechó la mejor oportunidad del partido al mandar a las nubes un balón que él mismo había enviado anteriormente al palo. Jozy Altidore tampoco encontraba los suficientes huecos como para explotar su endiablada velocidad y las llegadas de Bradley en segunda línea no terminaban de definir el partido.

Tuvo que ser al final del partido y en un excelente contragolpe cuando Landon Donovan enviase a la red un rechace del portero norteafricano. El gol colocaba al '10' de los Angeles Galaxy en el olimpo de los dioses estadounidense y hacía justicia al fin. Habría sido otra ocasión en la que el arbitraje deja fuera del mundial a un equipo que no lo merecía, pero en esta ocasión ganó el que lo mereció, ganó el FÚTBOL.

Emilio Caballero